DOMINGO SEGUNDO:
Jerusalén: despójate de tu vestido de luto...
Acercando la mirada a la realidad que vivimos, descubrimos dolores y angustias por cada esquina. Hemos llegado al momento en que vivimos con menos necesidades externas, pero con depresiones que no nos dejan gozar de la vida y de las comodidades conseguidas.Sin embargo es en estos momentos de necesidad cuando Dios se hace más presente para dirigir nuestra mirada hacia el gozo y la alegría que Él quiere para sus hijos.En medio de estos lamentos actuales es bueno oir la voz:DESPÓJATE DEL VESTIDO DE LUTO.
Los creyentes somos expertos en ESPERAMNZA. Aunque vayan mal las cosas no podemos desesperar, pues sabemos que Dios nos ama tanto que nos manda a su Hijo único.
Nuestro país sufre en estos momentos varias heridas:
-la herida de la INMIGRACION.
-La herida de las HIPOTECAS.
-La herida del PARO.
Y aunque las suframos no desesperamos: Dios viene a nuestro mundo.
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